Te escribo porque sos mi amor. Porque sos la sonrisa perfecta. Porque sos mi brillo de sol y mi lunática ideal. Porque sos mi Wonder de todos los días y porque tenés los gestos más lindos. Te escribo porque me encanta mi realidad y vos estás en ella. Te escribo porque sos hermosa y salvaje, porque sos mi sombra hermosa de alguna manera. Te escribo porque sos dulce. Maravillosa y perspicaz. Porque sos tan exacta como dos y dos son tres. Te escribo porque sos mi promesa. Sí, la promesa de hacerte sentir cada día un poco mejor. Te escribo porque sos mi querida. Querida mía. Te escribo porque a pesar del chiste, la palabra miam significa mucho más de lo que es. Porque sos mi intrépida mariposa. Te escribo porque te extraño. Por eso te escribo.