Ese sueño recurrente que no tenía hacía tiempo. Puedo contarte todo o la parte más interesante.
Nada a medias.
La misma habitación, siempre la misma. Esos candelabros que se balancean dando un aspecto tenebroso. Un ventanal de mil y un colores que se trasladan y estampan contra la pared. Ese hogar ardiendo como un sol en llamas. Y ese tipo. La lucha sin fin.
En un abrir y cerrar de ojos aparecés vos. Tu cuerpo se traslada al cuarto, no entiendo bien cómo. Supongamos una cierta magia. Instantáneamente te vuelco en el suelo. Qué dulces son. Y ellos no son mágicos, son reales.
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