¿Abusás de mí? Abusá, me. Pero hacelo bien. Inspirame cada segundo un poco más hasta hacer el texto más sutil que te puedas imaginar. Un texto que te transporte al más allá. Exprimí, me. Sacame hasta la última palabra de mis dedos. Como el zumo de naranja, pero más. Dejame sin palabras para contemplarte. Aprovechate de mi ingenuidad y hacé destrozos en mi cabeza, los necesito.
Punto seguido.
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